viernes, 20 de mayo de 2011

Oscuridad.Suspiros repentinos.Manos que se cruzan, divertidas,ligeras.Desabotonan,buscan,encuentran.Una acaricia,un beso.Y otro beso y una camisa que resbala.Un cinturón que se abre.Una cremallera que baja lentamente.Un salto.En la oscuridad pintada de oscuridad.Feliz de estar allí.Oscuridad hecha de deseo,de ganas,de ligera transgesión.La más hermosa,la más suave,la más deseable.Coches que pasan veloces por la carretera.Faros que iluminan como un rayo y desaparecen.Ráfagas de luz que dibujan bocas abiertas, deseos suspendidos,sufridos,alcanzados,cumplidos,ojos cerrados, luego abiertos.Y más y más.Como entre las nubes.Cabellos alborotados.Bocas en busca de un beso, y coches que continuan pasando, tan veloces que nadie tiene tiempo de reparar en aquel amor que sigue el ritmo de una música al azar,procedente de la radio.Y dos corazones acelerados que no frenan, que están a punto de chocar dulcemente. Esto solo fué un sueño, una ilusión, una fantasía que soñé que compartía contigo.
Olvida el día que nos conocimos, olvida el primer momento en que me hablaste. Olvida todas esas cosas que me hacían reir, olvida aquel día que estaba triste y tú me consolaste. Olvida todas nuestras peleas y reconciliaciones, olvida mis celos y mi orgullo, pero olvida los tuyos también. Olvida la primera vez que me dijiste que me querías, y por supuesto olvida también cuando te lo dije yo. Olvida todos aquellos mensajes que me mandabas cada noche, todas las llamadas. Olvida los motes que te inventabas cada día para decirmelos a mí, olvida cuando te sacaba de quicio y lo mucho que me gustaba hacerlo. Olvida todos nuestros planes de futuro. Olvida aquellas madrugadas que pasabamos hablando. Olvida lo mucho que te echaba de menos cuando no estabas. Olvida aquel momento en el que empezamos a cambiar. Olvida aquella despedida tan fría y dolorosa. Olvida que alguna vez formé parte de tu vida. Olvídame. Olvídalo todo, ¿vale? Si te lo pido es porque sé que no te costará hacerlo. Olvídalo tú porque yo, sinceramente, no puedo. Lo siento.
Me gustan los chicles, me cago en quien inventó las matemáticas y en la madre que parió a la peluquera que me corta solo ''las puntas''. Vivo más de noche que de día, sueño más despierta que dormida. Hago problemas y los dejo sin solución, no me importa lo que dirán, me importan ellos, los de verdad. No aguanto las mentiras y menos aún a los que apestan a falsedad. Odio la telebasura, a los profesores en general.Me encantan los zapatos de tacón y me encanta el vodka. Los domingos suelo embajonarme y prometerme cambiar de dirección, pero mientras tanto, aquí me ves.